Un poco de esperanza. Marcha del Orgullo 2021

Son las diez de la noche, y tengo miedo. Estoy caminando en la misma calle que suelo caminar desde que tengo uso de razón. Camino y camino y lo único que veo son personas. Intento verles el rostro pero nadie me mira, solo me juzgan. Día a día busco una nueva salida, pido y pido y no lo consigo. Dicen que salir del armario te libera, pero nadie sabe a lo que te enfrentas. 

Todes en algún momento sufrimos el odio del mundo entero. Todes en algún momento vimos la muerte cómo un pasajero que nos mira a la cara y nos dice "No servís para nada, solo das vergüenza" y es cuando en esa ofensa, solo te queda mirar al cielo y rogar que nadie te mate. 

El hombre que me persigue no lo conozco, no me conoce pero él está esperando que deje de caminar y comience a correr. Soy su presa y él mi cazador. Comienzo a acelerar mi paso y en busca de un atajo, comienzo a notar que ya no es uno, sino que son muchos los que vienen detrás. Mis piernas me duelen, mi corazón y mis músculos están agotados. Llevo caminando con un paso acelerado por más de seis cuadras. No hay nadie en la calle del infierno, solo yo y estos engendros que están al acecho de mí. Empiezan a silbar, la oscuridad comienza a reinar y al voltear veo que ya no caminan, a pasos agigantados intentan alcanzarme y comienzo a correr. Veo que mi destino se acerca, no quiero caerme, no quiero ser un cuento con un final abierto. Y cuando ya comienzo a escuchar las respiraciones de aquellos hombres a dos casas, veo una luz, es una mujer abriendo la puerta de su hogar, me grita y me llama "Vení a mi casa". Los hombres se dan cuenta y yo entré a su casa. Al cerrar la puerta, aquella desconocida me abrazó. No nos dijimos nada por unos segundos. Me convidó agua fresca y en su living ví una bandera trans colgando, y fue ahí cuando me di cuenta que existen hermanas que no son de sangre, pero que nos van a ayudar para siempre. Fue desde ahí donde comencé a ver a cada camino de regreso a casa con un poco de esperanza.